Salmos 86
Una Oración por Ayuda y Guía
El Salmo 86 es una oración sincera de David, buscando la ayuda misericordiosa y la guía de Dios en tiempos de dificultad. David ruega a Dios que escuche sus oraciones, lo perdone por sus pecados y le enseñe Sus caminos. Expresa su confianza en el poder de Dios y Su disposición para responder a su llamado y protegerlo de sus enemigos. El salmo termina con el compromiso de David de seguir buscando la guía de Dios y obedecer Sus mandamientos.
1Oración de David. INCLINA, oh Jehová, tu oído, y óyeme; Porque estoy afligido y menesteroso.
2Guarda mi alma, porque soy pío: Salva tú, oh Dios mío, á tu siervo que en ti confía.
3Ten misericordia de mí, oh Jehová: Porque á ti clamo todo el día.
4Alegra el alma de tu siervo: Porque á ti, oh Señor, levanto mi alma.
5Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.
6Escucha, oh Jehová, mi oración, Y está atento á la voz de mis ruegos.
7En el día de mi angustia te llamaré: Porque tú me respondes.
8Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, Ni obras que igualen tus obras.
9Todas las gentes que hiciste vendrán y se humillarán delante de ti, Señor; Y glorificarán tu nombre.
10Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas: Tú solo eres Dios.
11Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad: Consolida mi corazón para que tema tu nombre.
12Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón; Y glorificaré tu nombre para siempre.
13Porque tu misericordia es grande para conmigo; Y has librado mi alma del hoyo profundo.

14Oh Dios, soberbios se levantaron contra mí, Y conspiración de fuertes ha buscado mi alma, Y no te pusieron delante de sí.
15Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad;
16Mírame, y ten misericordia de mí: Da tu fortaleza á tu siervo, Y guarda al hijo de tu sierva.
17Haz conmigo señal para bien, Y veánla los que me aborrecen, y sean avergonzados; Porque tú, Jehová, me ayudaste, y me consolaste.